Pati Fernández (Uruguay 1968) inicia su carrera en la pintura, derivando progresivamente hacia una obra más escultórica y creando instalaciones de varias dimensiones. Su obra se caracteriza por el uso de colores vibrantes en formas planas que provienen de sus investigaciones personales sobre el arte. Partiendo de lo figurativo y apropiándose de las imágenes que componen su mundo afectivo, extrapola las huellas que estos retratos dejan con el tiempo. La permanencia de la forma, la silueta, la vivencia y la memoria, se transforman en la verdadera materia prima de la creación, que en su obra, deviene abstracción. Fernández propone una nueva visión de la pintura planista uruguaya.